NOVENA EN HONOR A SAN FRANCISCO DE ASIS 3
(Para ser rezada todos los días)
Celebrante: En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
La paz del Señor esté con ustedes.
Todos: Paz y bien.
Vamos a recitar en dos coros el cántico de las criaturas que san Francisco compuso para alabanza y gloria de Dios.
A) Altísimo, Omnipotente, Buen Señor,
tuyas son las alabanzas, la gloria y el honor;
tan sólo Tú eres digno de toda bendición
y nunca es digno el hombre de hacer de Ti mención.
B) Loado seas por toda criatura, mi Señor,
y en especial por el hermano sol
que alumbra, y abre el día, y es bello en su esplendor
y lleva por los cielos noticias de su autor...
A) Y por la hermana luna, de blanca luz menor,
y las estrellas claras que tu poder creó
tan limpias, tan hermosas, tan vivas como son,
y brillan en los cielos: ¡Loado, mi Señor!
B) Y por la hermana agua preciosa en su candor,
que es útil, casta, humilde: ¡Loado, mi Señor!
Por el hermano fuego que alumbra al irse el sol
y es fuerte, hermoso, alegre: ¡Loado, mi Señor!
A) Y por la hermana tierra que es toda bendición
la hermana madre tierra que da en toda ocasión
las hierbas y los frutos y florees de color
y nos sustenta y rige: ¡Loado, mi Señor!
B) Y por los que perdonan y aguantan por tu amor
los males corporales y la tribulación:
¡Felices los que sufren en paz con el dolor
porque les llega el tiempo de la coronación!
A) Y por la hermana muerte: ¡Loado, mi Señor!
ningún viviente escapa de su persecución:
¡Ay, si en pecado grave sorprende al pecador!
¡Dichosos los que cumplen la voluntad de Dios!
No probarán la muerte de la condenación.
B) Servidle con ternura y humilde corazón
agradeced sus dones, cantad su creación
las criaturas todas, ¡Load a mi Señor!
Todos: Amén.
Tercer día
Iglesia y comunidad
Introducción.
Celebrante: Desde los primeros días la Iglesia ha valorado sobre manera la vida comunitaria, pues fue en la primitiva comunidad de Jerusalén que, después de Pentecostés, la doctrina y la vivencia del cristianismo comenzó a concretizarse. Prosiguiendo nuestra novena, vamos a considerar la Iglesia y su realización en las comunidades.
La Palabra de Dios
Monitor: Los primeros cristianos cultivaban la vida comunitaria para corresponder mejor al mandamiento del amor que Cristo les legara. La Comunidad de Jerusalén se constituía en señal de gracia para judíos y gentiles.
1er. Lector: Lectura de los Hechos de los Apóstoles (Hech 2, 42. 44-47)
"Acudían asiduamente a la enseñanza de los apóstoles, a la convivencia, a la fracción del pan y a las oraciones. Todos los creyentes vivían unidos, compartían todo cuanto tenían. Alababan a Dios y gozaban de la simpatía de todo el pueblo y el Señor hacía que los salvados cada día se integraran a la Iglesia en mayor número."
Todos: Señor, haz que nuestra comunidad se convierta en señal de tu amor.
La primitiva comunidad franciscana
Monitor: Así como Francisco procuraba en todo imitar a Cristo, tomando el evangelio como única norma para su vida, así también los primeros hermanos procuraban reproducir en su comunidad el modo de vivir de los primeros cristianos. Francisco exhortaba continuamente a sus compañeros al amor fraterno que es característica de todos los auténticos seguidores de Cristo.
2o. Lector: Lectura de la Vida de san Francisco según Celano (II Celano, 191).
"El Santo tuvo siempre constante deseo y solicitud atenta de asegurar entre los hijos el vínculo de la unidad, para que los que habían sido atraídos por un mismo espíritu y engendrados por un mismo padre, se estrechasen en paz en el regazo de una misma madre. Quería unir a grandes y pequeños, atar con afecto de hermanos a sabios y simples, conglutinar con la ligadura del amor a los que estaban distanciados entre si."
Canto o breve reflexión.
El despertar comunitario en la Iglesia
Monitor: La complejidad de la vida moderna y la concentración de la población en las grandes metrópolis comienzan a amenazar al hombre con el anonimato y a transformarlo en autómata o simple pieza de del engranaje social. Para evitar que suceda esto, hay que volverse a los pequeños grupos y comunidades donde hay mayor posibilidad de humanización. La Iglesia no es ajena a esta realidad.
A) Las Diócesis y parroquias se renuevan procurando conocer mejor la realidad local.
B) Así, la respuesta del Evangelio a las angustias de los hombres se vuelve más comprensible y palpable.
A) Surgen, en todas partes, las pequeñas comunidades eclesiales.
B) En ellas, los fieles, sin ninguna distinción, se vuelven corresponsables de su Iglesia.
A) El pobre, el iletrado, el marginado pierden el recelo de hablar y su palabra comienza a ser escuchada.
B)Y la Iglesia que se identifica con el pueblo, bajo la inspiración del Espíritu santo.
A) También en las comunidades religiosas se renueva el espíritu comunitario.
B) El diálogo es el vínculo que une a súbditos y superiores.
Todos: Que el amor y la caridad sean el fermento de las comunidades cristianas.
La Palabra de la Iglesia.
Monitor: La Iglesia enaltece y anima el apostolado comunitario de los cristianos como podemos constatar por la lectura del siguiente texto.
3er. Lector: Lectura del Documento Conciliar Apostolicam actuositatem, 18.
"Cada cristiano está llamado a ejercer el apostolado individual en las variadas circunstancias de su vida; recuerde, sin embargo, que el hombre es social por naturaleza y que Dios ha querido unir a los creyentes en Cristo en el Pueblo de Dios y en un solo cuerpo. Por consiguiente, el apostolado organizado responde adecuadamente a las exigencias humanas y cristianas de los fieles y es al mismo tiempo signo de la comunión y de la unidad de la Iglesia en Cristo, quien dijo: Donde dos o tres están congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos."
Homilía o reflexión dirigida
Preces:
Celebrante: Desde el Concilio Vaticano II la Iglesia está pasando por un proceso de renovación y es, tal vez, en su búsqueda de identificación con la pequeña comunidad que miramos mejor este resurgir de la vida cristiana. Pidamos a Dios que nos permita que nos permita participar en la renovación de la comunidad a la que pertenecemos.
1. Para que la Iglesia sea señal constante de la gracia divina.
Todos: Haz crecer en nosotros, Señor, el espíritu comunitario.
2. Para que la iglesia particular a la que pertenecemos encuentre la respuesta cristiana a las dificultades y temores que enfrenta el pueblo que la constituye.
Todos: Haz crecer en nosotros, Señor, el espíritu comunitario.
3. Para que las Comunidades eclesiales crezcan en el amor, en la esperanza y en la fe en Cristo Salvador.
Todos: Haz crecer en nosotros, Señor, el espíritu comunitario.
4. Para que las comunidades religiosas sean fortalecidas por el diálogo y se conviertan en señales de vida y amor fraterno.
Todos: Haz crecer en nosotros, Señor, el espíritu comunitario.
Celebrante: Señor, conscientes de que el misterio cristiano se realiza principalmente en la vida comunitaria, donde Cristo está presente como El mismo lo afirmó, y teniendo como modelos la primera comunidad de Jerusalén y la primera comunidad franciscana, concédenos vencer nuestros particularismos para testimoniar en comunión con nuestros hermanos la salvación que viene de lo alto. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, en la unidad del Espíritu Santo.
Todos: Amén.
Conclusión (para todos los días)
Celebrante: Hermanos, vamos a recitar (cantar) todos juntos la oración de San Francisco.
A) Señor, hazme instrumento de tu paz.
B) Donde haya odio, lleve yo amor;
A) Donde haya ofensa, lleve yo perdón;
B) Donde haya discordia lleve yo unión;
A) Donde haya duda, lleve yo la fe;
B) Donde haya error, lleve yo la verdad;
A) Donde haya desesperación, lleve yo la esperanza;
B) Donde haya tristeza, lleve yo alegría.
A) Donde haya tinieblas, lleve yo la luz.
B) Oh, Maestro, haz que no busque ser consolado, sino consolar.
A) Ser comprendido sino comprender.
B) Ser amado, sino amar.
Todos: Pues es dando que recibimos,
es perdonando que somos perdonados,
y es muriendo que nacemos a la vida eterna.
Bendición de San Francisco
Celebrante: El Señor los bendiga y los guarde.
El Señor les muestre su faz y tenga misericordia de ustedes
Todos: Amén.
Celebrante: El Señor vuelva hacia ustedes su rostro y les dé su paz.
El Señor les bendiga:
Todos: Amén.
Celebrante: Que el Señor Dios, por los méritos de Francisco, les conceda toda la Paz y todo el Bien.
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