A propósito de hoy…
¿Cómo, siendo como soy, me pides tú de beber?
Cuando mi vida es un cúmulo de contradicciones e incoherencias
Cuando lo que busco es lo efímero y lo que me puede satisfacer en el momento
Cuando me siento tan a gusto en mi vida cómoda
¿Cómo, siendo quien soy, me pides tú de beber?
Cuando siento que no hay vuelta atrás en muchas de mis acciones
Cuando me cuesta ascender por la escalera de la perfección
Cuando se me hace difícil curar partes de las dolencias de mis pensamientos
¿Cómo, siendo cual soy, me pides tú de beber?
Cuando veo que es poco lo que te puedo dar
Cuando me siento desnudo ante el espejo de tu palabra
Cuando hasta se remueven mis entrañas por la frescura del agua que tú me das.
¿Cómo, siendo así, me pides tú de beber?
¿Cómo te dignas sentarte junto aquel que tan poco tiene que ver contigo?
¿Cómo me hablas cuando sabes que es duro escucharte?
¿Cómo me invitas a ir al fondo de las cosas con lo bien que se vive en la superficialidad?
¿Cómo tú, Señor, me ofreces lo que por miedo no me atrevo a beber?
TÚ, SEÑOR, ERES EL POZO DE AGUA VIVA
Soy caminante en busca de lo alto
y por ello tengo sed, no tanto de beber,
cuanto de llegar a Dios.
¡TÚ, SEÑOR, ERES EL POZO DE AGUA VIVA!
Mi camino, cansado y abatido,
son pasos que conducen hacia alguien:
¿Estarás al final, Jesús?
Mi camino, sabiendo que Tú esperas,
sé que será sendero que conducirá
entre pruebas y llantos
alegrías y penas, al pozo de la amistad
¡TÚ, SEÑOR, ERES EL POZO DE AGUA VIVA!
Sentarme junto a Ti, Señor,
es contemplar la grandeza y la pobreza de mi vida
es entender que, Tú, como nadie
pones sobre la mesa aquello que , de mi vida,
muy poco o nada, me interesa pregonar ni ver.
¡TÚ, SEÑOR, ERES EL POZO DE AGUA VIVA!
¿Cómo me darás de esa agua viva?
¿Cómo la sacarás, Señor?
¿Dónde tienes un cántaro?
¡Ah! ¡Ya lo sé, Señor!
Yo soy el vaso y el cántaro
con los cuales sacarás, para mí y para los demás,
el agua viva que brota a chorros
de la fuente de tu costado.
¡TÚ, SEÑOR, ERES EL POZO DEL AGUA VIVA!
Entra, Señor, en el pozo de mi alma:
es hondo, como el de la Samaritana
con fragilidades, como la vida de la Samaritana
con sed de agua limpia, como la de la Samaritana
con sed de Dios, como la de la Samaritana
Entra, Señor, en el pozo de mi alma
Y que, como la Samaritana, pueda decir también
He estado con Jesús…y sabe todo lo que he hecho
Amén.
¿Cómo, siendo como soy, me pides tú de beber?
Cuando mi vida es un cúmulo de contradicciones e incoherencias
Cuando lo que busco es lo efímero y lo que me puede satisfacer en el momento
Cuando me siento tan a gusto en mi vida cómoda
¿Cómo, siendo quien soy, me pides tú de beber?
Cuando siento que no hay vuelta atrás en muchas de mis acciones
Cuando me cuesta ascender por la escalera de la perfección
Cuando se me hace difícil curar partes de las dolencias de mis pensamientos
¿Cómo, siendo cual soy, me pides tú de beber?
Cuando veo que es poco lo que te puedo dar
Cuando me siento desnudo ante el espejo de tu palabra
Cuando hasta se remueven mis entrañas por la frescura del agua que tú me das.
¿Cómo, siendo así, me pides tú de beber?
¿Cómo te dignas sentarte junto aquel que tan poco tiene que ver contigo?
¿Cómo me hablas cuando sabes que es duro escucharte?
¿Cómo me invitas a ir al fondo de las cosas con lo bien que se vive en la superficialidad?
¿Cómo tú, Señor, me ofreces lo que por miedo no me atrevo a beber?
TÚ, SEÑOR, ERES EL POZO DE AGUA VIVA
Soy caminante en busca de lo alto
y por ello tengo sed, no tanto de beber,
cuanto de llegar a Dios.
Mi camino, cansado y abatido,
son pasos que conducen hacia alguien:
¿Estarás al final, Jesús?
Mi camino, sabiendo que Tú esperas,
sé que será sendero que conducirá
entre pruebas y llantos
alegrías y penas, al pozo de la amistad
¡TÚ, SEÑOR, ERES EL POZO DE AGUA VIVA!
Sentarme junto a Ti, Señor,
es contemplar la grandeza y la pobreza de mi vida
es entender que, Tú, como nadie
pones sobre la mesa aquello que , de mi vida,
muy poco o nada, me interesa pregonar ni ver.
¡TÚ, SEÑOR, ERES EL POZO DE AGUA VIVA!
¿Cómo me darás de esa agua viva?
¿Cómo la sacarás, Señor?
¿Dónde tienes un cántaro?
¡Ah! ¡Ya lo sé, Señor!
Yo soy el vaso y el cántaro
con los cuales sacarás, para mí y para los demás,
el agua viva que brota a chorros
de la fuente de tu costado.
¡TÚ, SEÑOR, ERES EL POZO DEL AGUA VIVA!
Entra, Señor, en el pozo de mi alma:
es hondo, como el de la Samaritana
con fragilidades, como la vida de la Samaritana
con sed de agua limpia, como la de la Samaritana
con sed de Dios, como la de la Samaritana
Entra, Señor, en el pozo de mi alma
Y que, como la Samaritana, pueda decir también
He estado con Jesús…y sabe todo lo que he hecho
Amén.
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