El Hijo del hombre no tiene en dónde reclinar la cabeza
Miércoles 30 de septiembre
¡Paz y Bien!
Evangelio
Lucas 9, 57-62
En aquel tiempo, mientras iban de camino Jesús y sus discípulos, alguien le dijo: "Te seguiré a donde quiera que vayas". Jesús le respondió: "Las zorras tienen madrigueras y los pájaros, nidos; pero el Hijo del hombre no tiene en dónde reclinar la cabeza".
A otro Jesús le dijo: "Sígueme". Pero él le respondió: "Señor, déjame ir primero a enterrar a mi padre". Jesús le replicó: "Deja que los muertos entierren a sus muertos. Tú ve y anuncia el Reino de Dios".
Otro le dijo: "Te seguiré, Señor; pero déjame primero despedirme de mi familia". Jesús le contestó: "El que empuña el arado y mira hacia atrás, no sirve para el Reino de Dios".
Palabra del Señor
Reflexión
La mediocridad en la vida del hombre encuentra su motor en las excusas. El tibio y el mediocre siempre encuentran una buena excusa para no tomar en serio su responsabilidad. Seguir a Jesús exige, de parte del cristiano, una respuesta decidida que no admite vuelta atrás. Excusas podemos encontrar muchísimas, tanto o más válidas que las que nos ha presentado el Evangelio.
Sin embrago, Jesús es claro: las excusas son solo excusas. Esto aplicado a nuestra vida diaria se traduce en poca oración, poco interés en la Eucaristía del domingo, falta de interés por la justicia y por nuestras obligaciones diarias; en resumen: somos cristianos tibios. ¿No es tiempo de dejar las excusas y ponernos a trabajar con seriedad en nuestra vida humana y cristiana?
¡Feliz Miércoles!
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