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    martes, 3 de mayo de 2022

    Yo soy el camino, la verdad y la vida

     

    Yo soy el camino, la verdad y la vida

    Miércoles 4 de mayo

    ¡Paz y Bien!

    Evangelio

    Juan 14, 6-14

    En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Yo soy el camino, y la verdad, y la vida. Nadie va al Padre, sino por mí». «Si me conocen a mi, conocerán también a mi Padre. Ahora ya lo conocen y lo han visto».

    Felipe le dice: «Señor, muéstranos al Padre y nos basta».

    Jesús le replica: «Hace tanto que estoy con ustedes, ¿y no me conoces, Felipe? Quien me ha visto a mí ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú: "Muéstranos al Padre" ? ¿No crees que yo estoy en el Padre, y el Padre en mí? Lo que yo les digo no lo hablo por cuenta propia. El Padre, que permanece en mí, él mismo hace las obras, Créanme: yo estoy en el Padre, y el Padre en mí. Si no, crean a las obras.

    En verdad, en verdad les digo: el que cree en mí, también él hará las obras que yo hago, y aún mayores, porque yo me voy al Padre. Y lo que pidan en mi nombre, yo lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si me piden algo en mi nombre, yo lo haré».

    Palabra del Señor

    Creer en el Resucitado

    San Pablo plantea en este capítulo 15 de la carta a los Corintios el tema de la resurrección de los muertos. Y comienza, en este pasaje de hoy, centrándonos en el núcleo del Evangelio: “les recuerdo hermanos el Evangelio que les anuncié”, “que Cristo murió por nuestros pecados según las Escrituras…que fue sepultado y que resucitó al tercer día, según las Escrituras…”. El misterio pascual es la raíz y el fundamento de nuestra fe. Y, si es difícil comprender por qué la muerte en cruz de Jesús, aún es más difícil para nuestra mente racional creer en la resurrección.  La fe no es un esfuerzo de la inteligencia, es un don de Dios que va descubriendo la luz en la cercanía con el Resucitado, con Jesucristo. Si no, “vana es nuestra fe”.

    Las sucesivas apariciones de Jesús, después de la resurrección, dan cuenta de que la fe en Cristo resucitado no surge naturalmente, son muchas las pistas que se nos van dando cuando leemos los relatos de las apariciones. Hay una que especialmente iluminadora, que es la del encuentro de Tomás con Jesús, “mete tus dedos en mi costado”. Nuestra fe no es vana porque la muerte de Jesús no es en vano, la vida tiene la última palabra, el amor, el don, la entrega.

    Cuando metemos los dedos en los costados abiertos del mundo, seguro que Jesús vivo se nos aparece, quizás de la manera más insospechada, para que nuestra fe crezca y madure, y nos envía a anunciar lo que hemos visto y oído, de lo que somos testigos.  La esperanza se fragua en el fuego del amor, cuando se va acrisolando la entrega de cada día, acercándonos a quien nos necesite, a quien sufre, dándonos y sirviendo.

    Hoy celebramos la fiesta de dos de los discípulos de Jesús: Felipe y Santiago. Y el texto del Evangelio de Juan, hoy, relata precisamente un desconcertante diálogo de Jesús con los discípulos, en el que Felipe interviene: “Seños, muéstranos al Padre y nos basta”.  Felipe intuye que hay algo más profundo que no acaban de comprender en este inicio del Discurso de Despedida de Jesús.

    La respuesta de Jesús parece sonar a reproche: “Hace tanto que estoy con ustedes, ¿y no me conoces, Felipe?”. Pero en realidad está cargada de cariño y un deseo entrañable de que comprendan lo que les quiere expresar, para que no se sientan solos o abandonados por Él. Si creen en mí, harán obras grandes y se les dará lo que pidan en mi nombre, les dice. El reto está ahí, y las claves para lograrlo apuntan a Jesús mismo: “Yo soy el camino, la verdad y la vida”.

    El camino que nos señala Jesús es el de la fraternidad, el Padre al que hemos de ir, es el que nos llama hijos. Tampoco hay que darle muchas vueltas, sólo arriesgarse a vivir como hijos de Dios y como hermanos, con todo lo que trae consigo ¡claro!

    ¡Feliz Miércoles!





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    Articulo Revisado: Yo soy el camino, la verdad y la vida Calificacion: 5 Revisado por: Fr. Arturo Ríos Lara
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