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    miércoles, 2 de octubre de 2019

    Crónica de la Provincia Franciscana de Michoacán: La Rea - Libro I, Capítulo I


    Libro Primero.
    En que se trata del sitio y fundación de la Provincia de los Apóstoles San Pedro y San Pablo de Michoacán, de la Orden de Nuestro Seráfico P. S. Francisco, de la regular observancia, del tiempo que estuvo incorporada con la del Santo Evangelio de México,
    cuando erigida en custodia y cuando constituida en Provincia, Con lo memorable en su progreso.

    Capítulo Primero


    Del Sitio y lugar en que está fundada

    Cae aquesta provincia ó reino de Michoacán, hacia el Poniente, en un sitio tan apacible que el cielo, aires, aguas y temperamentos, acreditan su felicidad. Porque habitando los de este Occidente debajo de la zona, entre los dos trópicos, Cancro y Capricornio, por cuya eclíptica, el sol, sin salir todo el año, da ciento ochenta y dos vueltas, que son las espiras de su curso, pasando por el zenit ó punto vertical con que hiere y abrasa perpendicular y recto sobre nuestras cabezas.

    Por esta causa juzgaron los antiguos[1] aquesta tierra por inhabitable, por estar dentro de los trópicos, donde el sol no solo calentaría, sino que abrasaría. La razón en que se fundaron es: que tanto será una tierra más fría, cuanto fuere mayor la elevación del polo, y más caliente, cuanto menor.

    A esto se responde:[2] que esto se ha de entender de parte del cielo, porque si consideramos las partes, sitios y lugares de las tierras, veremos no ser general esta regla, porque la virtud de las causas universales en la producción de los efectos es varia, según lo es la cualidad de la materia;
    como el sol que endurece el barro y ablanda la cera. Porque los grados del calor, frió y humedad
    y sequedad, no dependen absolutamente de la proximidad ó apartamiento del sol, sino también del sitio, lugar y disposición de la tierra; porque la principal causa del calor que baja del cielo es la presencia del sol, el cual comunica su cualidad por medio del aire; y así el tiempo caluroso no es otra cosa sino el aire caliente que nos rodea, porque recibe el calor de los rayos solares, los cuales hacen en él más o menos impresión, según el lugar y sitio donde está.

    Y así la Providencia de Dios dió remedio conveniente, dando á las tierras varias propiedades; siendo
    unas húmedas donde llueve en la fuerza de los calores, y otras donde los aires ordinariamente son frescos y bonancibles, por el veloz curso de los cielos, de que gozan por la comodidad del
    sitio.

    Hé hecho esta consulta, lo uno, por ser principio del libro, y lo otro, por la descripción de esta provincia, porque estando debajo de los trópicos, consecuentemente había de ser caliente; pero el sitio, lugar y disposición, es tan húmedo y llueve á tan lindos tiempos, que tiempla el calor y refresca los aires, y así el temple es de los mejores del reino. Los cielos son tan apacibles, que en los semblantes escriben de ordinario la velocidad de su movimiento. Con que los aires y colores son los más bonancibles y templados que tiene esta América; y esto es con tanto extremo, que en algunas partes de esta, provincia no hiela, y así de ordinario se está cogiendo trigo, como adelante diré. 

    Es provincia muy corta, pero fertilísima: rodeanla por los cuatro cielos, provincias muy copiosas, quedando ella en medio por corazón de todas cuatro. Por la parte del Oriente está la provincia del
    Santo Evangelio, teniendo en ella la luz del Evangelio, el Oriente en este mundo Nuevo.

    Por la del Poniente la Provincia de Jalisco ó Guadalajara. Por la parte del Sur la costa de Zacatula, y á la parte del Norte la Provincia de Zacatecas, con que viene á quedar esta de Michoacán toda cerrada, como lo estuvo el paraíso. Hortus conclusus. 

    Las aguas que riegan este paraíso terrenal y fertilizan su copia son las mas abundantes que goza el reino, tan dulces y potables como las pide el deseo; y así no hay pueblo, ciudad ó villa que no tenga su socorro en fuentes ó ríos que de ordinario hay en su contorno. No las cuento porque es imposible, por ser tantas, que anegarían la atención de la historia, y así solo haré mención de los ríos más caudalosos que contiene en los límites de su esfera.

    Por la parte del Mediodía, respecto de Michoacán, cae el río grande, cuyo nacimiento está en el valle de Toluca, es muy caudaloso y hondable; hace su curso de Oriente á Poniente, y entrando por aquesta provincia, parte término con los otomíes y chichimecas, de quienes tenemos grandes administraciones, que hacen numerosa la Provincia. Desde que entra este río por estas tierras hasta que sale, es de infinito provecho para los ganados, que son infinitos los que repastan en sus vegas. Riéganse con él los valles de Guatzindeo y Santiago, donde se cogen al pié de cincuenta mil fanegas de trigo. 

    Y hay parte, que en dos leguas de distrito se hacen siete sacas de agua muy cuantiosas, sin presas
    de cal y canto, por correr el agua tan á mano que excusa los embarazos de las presas. Juntánsele
    otros muchos ríos, con que de grande se hace mayor; particularmente el que llaman de Angulo, muy caudaloso, que en competencia parece que el uno al otro se hacen encontradizos en el pueblo de Santiago de Conguripo, en donde, incorporado con el grande, hace su curso á la gran laguna de Chapala, cuyo golfo bojea sesenta leguas en contorno; tiene mucho pescado y las aguas dulces. Sale de este golfo y discurre hacia el Norte.

    A la parte Septentrional cae otro muy caudaloso que llaman Tepalcatepec; tiene su nacimiento de las serranías Periban, y hay en él muchos caimanes, por la corpulencia de las aguas, y, hambrientos, suelen matar algunas personas; hace su curso hacia el gran río de Zacatula, donde incorporado se derrotan á la mar del Sur. El de Uruápan referiré en su capítulo. El rio de Valladolid, Jacona y el de San Gregorio, son muy caudalosos y se cogen bagres y truchas, siendo las aguas muy lindas y las arboledas muy amenas y copiosas.

    [1] Tholom.
    [2] Enrico Martínez. Repertorio áe los tiempos. Trat-13, cap. 5.

    Tomado de:
    Crónica de la Orden de N. Seráfico P. S. Francisco
    Provincia de San Pedro y San Pablo de Mechoacan en la Nueva España.
    Compuesta por el P. Lector de Teología
    Fray Alonso de La Rea
    de la misma Provincia.
    Dedicada a N.P. Fr. Cristóbal Vaz, Ministro Provincial de ella.
    Año de 1639.
    Con Privilegio.
    En México por la viuda de Bernardo Calderón.
    Año de 1643.
    Edición de la "Voz de México"
    México
    Imprenta de J.R. Barnedillo y Cía.
    Montealegre Num. 15
    1882
    Páginas 2-6





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    Articulo Revisado: Crónica de la Provincia Franciscana de Michoacán: La Rea - Libro I, Capítulo I Calificacion: 5 Revisado por: Hermanos Franciscanos
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